¡Ding,
Dong!
¡Un Nuevo Siglo en nuestra casa!
El
tiempo se resiste a dejarse atrapar. Sin embargo, a pesar
de su volatilidad necesitamos medirlo y estructurarlo. Una
manera de mostrar esto a los niños es a través de la lectura
de El Siglo más nuevo del mundo.
Este libro, con textos de Teresa Duran e ilustraciones de
Montse Gisbert, conduce a la fácil comprensión del tema.
Una
atrayente portada multicolor con los dibujos de Montse, es
invitación para abrirlo como se abre una caja de regalo. Dentro,
el texto es fluido y ameno y la profusión de pequeños relojes
y personajes como de malvavisco, con sus piernas y sus brazos
delgados como fideos, nos van llevando de la mano.
Todos ellos están sonrientes y expectantes; sobre todo la
Abuela Época, Papá Tiempo y Mamá Historia. También los hijos,
que son los siglos; los nietos, que son los meses; y también
los bisnietos conformados por los días. Pero fíjate, hay miembros
más pequeñitos en esta gran familia: los minutos y los segundos.
Los padrinos de todos son el Sol, la Luna, la Aritmética y
el Reloj.
¿Y
por qué están tan felices?
Porque
están esperando la llegada del más pequeño: el Nuevo Siglo.
Hay que esperar cien años para que arribe. ¿Y quién o
quiénes serán los padrinos de este Nuevo Siglo? Ahí mismo
se nos informa que tú y yo, y de nosotros dependerá que sea
feliz, justo, próspero, útil, sorprendente, sabio y alegre.
Las
autoras, después de la presentación de las divisiones que
el hombre ha hecho del tiempo, incluyen un anexo en donde
se mencionan algunos de los inventos logrados para beneficio
de la humanidad y también se indican otras formas de medir
el tiempo por parte de diversos grupos culturales como los
musulmanes y los chinos.
Conocimientos
y conceptos básicos sobre el tiempo, aunados a la delicia
de las ilustraciones, serán un buen pretexto para propiciar
la lectura compartida entre los miembros de tu familia.
¡Ah!
Mira lo que viene en el libro: un reloj rojo de cartón corrugado
con todo y su cordón ¡para que puedas colgártelo!
Aunque...
no es de mucho confiar porque siempre marca las doce menos
cinco.
(Pssssst, es el único reloj que puede atrapar el tiempo).
Laura
Ríos
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